jueves, 19 de marzo de 2009

SER HUMANOS Y VIVIR TAMBIÉN ES SER COLEGAS

...Entiendo que en la tarea de vivir todos somos colegas, si nos detuviésemos más para compartir los avatares de nuestras vidas, con humildad y mucho amor, haríamos mucho mas liviana la mochila que todos cargamos y que muchas veces se nos torna pesada.
La pregunta es ¿por qué tengo que compartir mis cosas?¿por qué me puede hacer bien?...bueno creo, simplemente porque si se escucha al otro con atención porque se lo considera valioso, siempre hallaré algo que me haga crecer, me consuele, me de esperanza, me llame a corregirme o me haga mirarme en el espejo del otro y me ayude a descubrirme a mi mismo.
Hablar con alguien que conocí en la infancia, alguien que no tuvo la oportunidad de estudiar, alguien que económicamente no tenía nada sólo brazos y voluntad para luchar la vida cada día en familia para poder comer y aun así poder reír cantar y ser feliz. Alguien que después de muchos años vuelvo a encontrar y en menos de una hora de charla me mostró al transmitirme sus vivencias, los valores extraordinarios y puros que ha vivido y que conservan en familia. Esta persona no perdió el tiempo, no hablamos de nadie, sólo de nosotros, de nuestro pasado sin resentimientos y de nuestro presente maduro y sereno, porque nos encontró justamente sepultando a nuestros muertos con mucha paz.
¡Cuánto me regaló esta persona, cuanto me enseñó su rectitud y su generosidad, su amor y su gratitud!...la vi Sabia y lo es, pero la gran paradoja es que NO SABE LEER, no tiene Catequesis formal, no sabe muchas cosas, pero... sabe recibir al otro, sabe amar a todos, sabe lo que es recordar y agradecer...Se llama Perla y es una perla.
Gracias Señor por el regalo de este diálogo, tan simple, tan primitivo si se quiere pero tal viceralmente humano y por ende cristiano.